PELO MALO



Pelo malo es una película venezolana. 



Cuando empecé a verla me pareció una tonada conocida: aprovechar una pequeña historia para reflejar la situación que vive un país. Y sin duda eso está en Pelo malo, pero hay mucho más.
En la película vemos que Junior, un niño de unos 8-9 años sufre por su pelo rizado, su pelo malo. Él quiere tener el pelo liso como un cantante de moda para salir guapo en la foto de la escuela. Y además quiere cantar
La familia de Junior está compuesta por su madre y su hermano pequeño, todavía bebé, que Junior ayuda a cuidar: lo alimenta, le cambia los pañales... La madre lucha por salir adelante con trabajos de limpiadora o vigilante. Va trampeando, a salto de mata, dejando a sus hijos por donde puede y enfrentándose a un mundo en el que una mujer es valiosa en tanto que pueda ser una compañera de cama satisfactoria y complaciente. La mujer cuida, limpia y si obtiene un trabajo distinto, como el de vigilante, es porque ha tenido que ceder ante un jefe que puede resultar repulsivo, pero que no resulta así porque es varón y es poderoso.
Estamos pues ante un mundo que estigmatiza a la mujer, pero lo que la película muestra es la estigmatización que sufre el hombre en la misma sociedad. El protagonista es un niño tan mono que solo verlo dan ganas de abrazarlo, pero su madre lo rechaza, no entiende que quiera cantar, no soporta su obsesión por el pelo, proveniente de una cultura en la que, como en la española, el hombre y el oso, cuanto más feo más hermoso, siente que ese interés por su aspecto puede indicar que es homosexual, y lo mismo que quiera cantar. Y lo castiga con indiferencia y distancia.

La abuela del niño, Carmen, parece aceptarlo y le da cariño, le ayuda a alisarse el pelo, intenta que se aprenda letras de canciones, incluso le hace un traje de cantante, que el niño rechaza porque le parece un vestido de mujer. Bajo esta comprensión, late el mismo prejuicio, también la abuela piensa que es maricón, como le dice a la madre, y que después de lo del pelo, vendrán otras manías. Lo acepta a cambio de que lo cuide, lo que quiere es que la madre se lo ceda, por el dineo que quiera, quiere que alivie su soledad y para eso, la homosexualidad incluso puede ser una ventaja.

Junior tiene una amiga, una niña de su barrio que también tiene un sueño para la foto de la escuela, quiere ir vestida como concursante de Miss Venezuela. Se riza el pelo, se pone vestidos de fantasía,... pero eso está bien, nadie le regaña porque es lo que corresponde a una mujer. De la familia de esta niña conocemos poco, aunque es una vecina que a veces cuida a Junior y a su hermano, solo vemos a la madre y su reflejo en la hija: vemos cercanía y aceptación.

La madre de Junior consulta al médico y le pregunta si es de ella la culpa de que Junior sea maricón, el médico se extraña, le pide que pase tiempo con su hijo, que sienta su amor, que lo que le pasa al niño no tiene por qué indicar nada. Le recomienda que si está preocupada por la sexualidad del niño pase tiempo con algún hombre, que le proporcione un modelo masculino y le haga ver que entre un hombre y una mujer puede establecerse una relación de amor y confianza. Lo más duro de la película quizá sea ver cómo la madre interpreta esta recomendación del médico: busca a su jefe, lo invita a cenar y se acuesta con él sobre la mesa, cuidando de que Junior lo vea todo desde la cama. Que aprenda el papel de un varón.

La preocupación de esta madre porque su hijo no encaja ¿es anterior al problema del pelo? ¿siente Junior rechazo ante su físico porque busca aquello malo que hay en él y que hace que su madre, su propia madre, lo rechace? Los hombres, que en la película se ven reducidos a meros donantes de semen, a meros fecundadores. En una sociedad patriarcal en sus formas, como la española y matriarcal en sus efectos (pues no en vano es a menudo la mujer quien dirige y programa la vida de la familia, sus finanzas, las necesidades de la vivienda,...) vemos que los clichés sexuales, las formas de comportamiento se transmiten por vía femenina, incluso aquellas que aplastan y subyugan a la mujer. Y lo hacen con una eficacia brutal.

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